Dos hombres se
sentaron a rezar, sus profesiones eran diferentes, usos, costumbres y maneras,
muy aparte del uno del otro. Ambos con familias y responsabilidades, y ambos
también con necesidades.
El uno le dijo a
Dios:
-Hoy Señor, he
venido ante ti con una lista muy larga,
quiero por favor dar rápida solución, que todo quede perfecto y que además
sobreabunde la bonanza. Quiero que sepas que estoy muy seguro que lo vas a
solucionar todo. Estaré pendiente y esperando hasta largas horas de la noche.
El otro hombre
decía:
-Señor supremo y
poderoso. Yo mismo soy una necesidad, pero hoy no quiero hablar de mí, y de
verdad ni mañana tampoco. Quiero hablar
de ti, quiero conocerte, yo sé que no podré entenderte pero si hoy puedo
acercarme aunque sea algo insignificante quizás al final de mis días pueda
sonreír al verte. Señor, te pido que no te ocupes de mis cosas, yo ya he aceptado que en la vida
también para vivir no solo tendré que reír sino que también capaz llorar. Pero yo no soy importante, tú si lo
eres. Déjame por un instante ser lo que solo quiero ser, amarte, y lo demás, lo
demás ya pasará.
El tiempo pasó y,
uno al infierno llegó con todos sus problemas resueltos, y el otro al cielo
llegó sin haber podido resolver ningún problema, más al final ya no importa los
problemas solo importa la eternidad.
Dime, ¿tú sabes quién al cielo y al infierno irán?
Si tienes la respuesta escribanos para ver si acertaste:
e-mail: mystichealingart@yahoo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario